Por: Karen Suevis Gómez
El mundo está cambiando y con él las formas de interactuar de los humanos entre sí y en conjunto con los recursos que existen en el entorno físico. De ahí, que el hombre hoy esté buscando generosamente cambiar su realidad emocional, interpersonal, económica y de autorrealización profesional o vocacional.
La historia de la humanidad ha vivido grandes momentos de cambio que pudieran dividirse en cuatro magnánimos hitos. El inicio de ellos fue con la Primera revolución industrial que fue energética; los humanos vivían, trabajaban y se relacionaban de diferentes formas hasta que apareció la máquina de vapor y la oportunidad de producir manufactura con la ayuda de esta.
En una segunda era llega, la electricidad y la electrónica potenciando las funcionalidades de la máquina a vapor y dándole la bienvenida a la industria de las telecomunicaciones y la aviación, el comercio internacional y a la producción a escala industrial. Sin embargo, creyendo el humano haber alcanzado grandes logros para entonces, aparece la informática y el internet para revolucionar por tercera vez al mundo e interconectarlo asombrosamente. Empero, no bastando solo lo anterior llegan fenómenos más deslumbrantes para darle entrada a la industria 4.0., o a la era de la influencia, el último y más importante hito del siglo XXI, la también conocida como la oportunidad de crear fábricas inteligentes con la robótica y la tecnología digital trastocando todas las esferas de la sociedad, desde la educación, hasta los alimentos y las maneras de producción económicas de las empresas.
Lo anterior, ha dado paso al llamado o la creación de un modelo económico diferente. De un sistema que modifique el actual, que satisfaga necesidades básicas del ser humano pero que respete los recursos del planeta y cuyo fin no sea propender el alza constante y desmesurada de su crecimiento en sí, sino optimizar el bienestar humano. Un modelo donde nos replanteemos vivir, donde la implementación a escala de la tecnología sea hecha a un punto necesaria para optimar ciudades y hacerlas más eficientes, no requerir grandes cadenas de suministro, reactivar la producción local a través del uso de robótica, la impresión 3D; aunar calidad y cantidad en las cosas.
Ahora es momento de preguntar ¿Ya no te parece tan futurista la industria 4.0? y es precisamente porque no lo es. El mundo hoy por el cambio de perspectiva en sus paradigmas de realización como sociedad pide a gritos cambios, cambios en la educación, en la construcción, la manufactura, los servicios públicos, la estructura y superestructura que alguna vez habló un vidente muchos siglos atrás. Esto no se trata de ideologías, se trata de hacer que el mundo empiece a tener influencia buena por parte del hombre.
¡Es hora de utilizar la robótica, la aptitud de tecnología digital y los negocios apalancados como herramientas fuertes para generar cambios en el modo de visualizar, materializar resultados y dividir la riqueza!
La Autora:
Abogada de nacionalidad colombiana. Estudiante de Maestría en Derecho y Negocios Internacionales. Joven investigadora del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Colombia y conectora de mercados para Latinoamérica en una importante Trasnacional asiática.
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