Por: Raúl Moreira Rivera
El año 2020 pasará a nuestra historia económica como un año tristemente célebre por ser el primer año desde 1988 que va a registrar un crecimiento económico negativo, de aproximadamente -19.0 % según nuestras estimación, más aún, aunque el Instituto Nacional de Estadística y Censo diga lo contrario, las cifras publicadas de crecimiento del Producto Interno Bruto al III trimestre del presente año con un -23.6 %, confirma que nuestro país atraviesa por una situación de Recesión Económica al haber registrado en el II trimestre un crecimiento de -38.2 %.
Para nadie es un secreto que los efectos devastadores de la Pandemia ocasionada por la COVID19, le iba a pasar una factura muy cara tanto a la economía global, como a todas las economías alrededor del mundo en particular, sin importar credo religioso o político, sin embargo esta crisis se ensañó de manera muy cruel con nuestro país ocasionando que en conjunto con las indecisiones, improvisaciones y falta de transparencia de nuestras autoridades económicas, nuestro país se encuentre como el del peor desempeño económico en medio de la crisis y para final de año la CEPAL estima que sólo después de la República Bolivariana de Venezuela y del Perú, tengamos el peor desempeño económico en el 2020 con un -11.0 %.
Se puede observar que las actividades que dentro de la crisis mostraron más dinamismo al III trimestre fueron la de explotación de minas y canteras 23.1 %, Pesca 11.0 % y las actividades del Gobierno General 9.2 % mientras que en el otro extremo las actividades de construcción tanto de mercado como de no mercado disminuyeron 52.9 % y 54.1 % respectivamente y los hoteles y restaurantes registraron una disminución de 51.4 %.
Cuando se generan crisis como la que estamos atravesando, prácticamente todo el mundo forma filas en apoyo a las autoridades económicas ante la eventualidad de la necesidad de tomar medidas que en tiempo normales pudieran ser catalogadas como faltas de disciplina como por ejemplo acudir a un nivel de endeudamiento superior al establecido en la Ley de Responsabilidad Social Fiscal o superar el déficit fiscal permitido en la misma ley, entendiendo que se pudiera entender que llegásemos a un endeudamiento superior al 50 % con relación al PIB o del déficit estimado de cerca del 5 %, siempre y cuando se le explicara a la población claramente y con el mayor nivel de transparencia posible cuál iba a ser el destino de estos recursos adicionales contratado y que pudieran llegar a comprometer la satisfacción de necesidades populares en el futuro cercano. Lastimosamente pareciera que la transparencia fiscal entró en cuarentena en marzo y aún no sabemos en qué bloque se va a reactivar.
Como era de esperarse, el cierre de actividades económicas que generan un uso intensivo del recurso humano generó un alto nivel de desocupación en actividades tales como el Comercio al Por Mayor y Por Menor donde a Agosto del 2020 se perdieron 73,265 personas ocupadas, en la Agricultura y actividades relacionadas se perdieron 47,155 espacios de ocupación y la Construcción donde se perdieron 34,148, alcanzando una pérdida total de 288,951 personas ocupadas, ocasionando que la Tasa de Desempleo pasara de un 7.1 % en el 2019 a un 18.5 % en Agosto de este año. Somos de la opinión que en atención al método de recolección utilizado (llamadas telefónicas) como consecuencia de la pandemia, se podría dejar de evidenciar un incremento aún mayor en el desempleo en nuestro país.
Es lamentable que la misma economía que tanto se ufanaba de haber enfrentado con éxito crisis económicas históricas tales como la surgida por la invasión norteamericana o la financiera internacional del 2008 – 2009, en esta ocasión haya mostrado una falta de liderazgo, de transparencia y de proactividad en la forma de enfrentar esta pandemia. Aun cuando nos encontramos en el peor momento de esta crisis sanitaria, si no se toman acciones coordinadas, pareciera que lo peor todavía está por llegar, sin que se tenga una fecha clara de cuándo se podría iniciar el proceso de vacunación en nuestro país.
Hay que despertar y demostrar el liderazgo y creatividad necesarios, de lo contrario, aquellos que sólo buscan su propio beneficio económico o político sacaran el mayor rédito de esta crisis aun a costa de la vida y bienestar sobre todo de la población más humilde de nuestro país.