Artistas, arquitectas, políticas, agricultoras, doctoras, educadoras, científicas… cada vez son más las mujeres están revolucionando el mundo con su conocimiento en diferentes campos, un panorama que años atrás nadie hubiera creído posible. El discurso empresarial asegura que cualquier persona puede triunfar en los negocios si así lo desea, sin embargo, la evidencia ha demostrado que existe un sesgo de género global que obliga a las mujeres a enfrentar océanos más turbulentos cuando se lanzan al mercado.
A pesar de ello, mujeres de todos los continentes están creando empresas a un ritmo acelerado, contribuyendo de manera significativa al desarrollo de los países. En la medida en que las mujeres pueden participar de forma libre y plena en la actividad económica como propietarias de empresas, “la economía mundial está preparada para el crecimiento” asegura un informe de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) de 2019.
Los estudios concluyen que en el mundo hay siete mujeres emprendedoras por cada diez hombres (GEM,2019); en Centroamérica, la proporción de empresas propiedad de mujeres aumentó casi 60% entre 1991 y 2018 (OIT, 2019); y puntualmente en Panamá, el 14% de las mujeres entre 18 y 64 años se animan a emprender (GEM, 2019). Esto muestra un marcado aumento del número de empresarias que, desafían los imaginarios colectivos y luchan contra la inequidad, utilizando su extraordinario poder para abrirse nuevos caminos en el mundo empresarial.
Su papel como propietarias de empresas es clave para la generación de oportunidades, empleo e ingresos que, por lo general, reinvierten en sus familias y comunidades. Así lo cree la Gerente de Emprendimiento Femenino del Centro de Innovación de Ciudad del Saber, Larú Linares: “empoderar a las mujeres agrega valor social, porque sus ideas de negocio –por lo general- están enfocadas en temas sociales y de bienestar. Son las mejores empleadoras y hay un porcentaje bastante alto de ellas que son las que sostienen sus hogares. Apoyarlas es entonces un paso firme hacia al futuro”, explica. Según la OIT, la mejora de las oportunidades económicas para las mujeres empresarias no sólo beneficia a las propias mujeres y a sus familias, sino también a las economías y los mercados de trabajo de los países.
“En el Istmo se han logrado grandes avances en materia de emprendimiento femenino gracias a que organizaciones de múltiples sectores se han unido para reforzar la presencia femenina en el mundo empresarial (Ciudad del Saber, AMPYME, SENACYT, Cable Onda, Voces Vitales, el BID, entre otras) pero aún falta mucho camino por recorrer”, concluye Larú. A largo plazo, se espera que más instituciones se unan a este objetivo, llevando el discurso de emprendimiento femenino a las universidades y los colegios, y fortaleciendo iniciativas de emprendimiento social que den respuesta a las necesidades de las comunidades.
Un ecosistema colaborativo
La Fundación Ciudad del Saber, como parte de su compromiso continuo con promover un ecosistema favorable para el emprendimiento y las Pymes gerenciadas por mujeres en Panamá, ha liderado el Canal de Empresarias, una red de mujeres que se unen para potencializar sus ideas.
Anualmente el Canal de Empresarias abre una convocatoria en la que se seleccionan las ideas de negocio con mayor potencial de crecimiento, para afiliarlas al programa de aceleración donde reciben acompañamiento para llevar sus negocios a un nivel más competitivo. En las seis ediciones realizadas hasta el momento, 2,650 mujeres han participado de los entrenamientos. En la edición 2019, más de 2,200 empresarias se postularon a la convocatoria de las cuales 450 fueron seleccionadas. La convocatoria 2020 inició este mes de febrero.
Pero el trabajo del Canal de Empresarias va más allá de este programa de aceleración. Mujeres empresarias y emprendedoras a lo largo y ancho de Panamá tienen la oportunidad de reunirse en diferentes espacios para cocrear conocimientos en diferentes actividades. Mujeres que ya han escalado diferentes procesos acompañan a las que apenas están apenas en fase embrionaria a través de capacitaciones que se realizan mensualmente y con convocatoria abierta y gratuita. “Diferentes especialistas en diversos temas vienen y donan horas en el año sobre esos temas clave del emprendimiento femenino”, explica Larú.
Sabiendo que, en los ecosistemas de emprendimiento, las redes son el puente que conecta ideas y personas, hoy por hoy, el Canal de Empresarias se ha convertido en una comunidad de más 5,000 dinámicas mujeres, que se unen para forjar relaciones comerciales y apoyarse mutuamente en el mundo de los negocios.
Relacionarse con otras mujeres facilita la generación de redes de apoyo y lazos de confianza que llevan sus negocios y emprendimientos hacia un nivel más competitivo: “la comunidad es un espacio para promoverse, se crean redes que le abren puertas inmediatas a las mujeres para llevar sus empresas a otras provincias, e incluso otros países, algunos de los emprendimientos han tenido la oportunidad de internacionalizarse”, cuenta Larú. Así el Canal de Empresarias se convierte en un puente que afianza el desarrollo de “competencias” lo que podría aumentar de manera significativa la probabilidad de que las mujeres sean empleadoras exitosas.