Este año el aspecto emocional estará más que nunca detrás de las decisiones del consumidor. El COVID-19 está dejando una huella profunda en sus hábitos, el mayor cambio en las últimas décadas. Ha acelerado tendencias ya existentes, pero también ha fijado nuevas preferencias y prioridades, según el informe Tendencias del Consumidor 2021 que ha publicado LLYC en IDEAS, su centro de liderazgo de pensamiento. La consultora global de comunicación y asuntos públicos concluye que este nuevo tablero y reglas del juego replantean su relación con las marcas.
La empatía de las marcas será casi obligatoria para entender a este nuevo consumidor que lleva casi un año inmerso en la tensión emocional de la pandemia, un ciudadano global que ha reconectado con lo esencial y que perseguirá más que nunca la percepción de un hogar sano y seguro, donde la salud mental ha dejado de ser un tabú.
La nueva forma de consumir confiere a la logística un papel protagonista. Ahora exigimos disponibilidad inmediata pero también se camina hacia nuevos modelos de ciudad donde priman la cercanía y el consumo local. La crisis económica provoca que se acentúe el concepto de la asequibilidad. Además exige a las marcas una mayor responsabilidad. Las empresas se están viendo obligadas a replantearse sus estrategias de retail y publicidad por el incremento del teletrabajo y el ecommerce.