Las transformaciones rápidas de los últimos años han significado un gran desafío para personas y organizaciones. Estos son desafíos todavía más grandes en el paradójico sector financiero, y con la pandemia todo se ha transformado tan rápido que, desde el crecimiento del trabajo remoto al uso de tokens o criptomonedas, así como el surgimiento de neobancos y fintechs, hay muchas novedades. Por eso, Pragma, empresa que brinda servicios y consultoría en tecnología, preparó una investigación para mapear las principales tendencias e innovaciones del sector financiero y así trazar una ruta hacia dónde va el sector.
La empresa realizó entrevistas a profundidad con expertos en criptomonedas, emprendedores de tecnología, streamers de videojuegos e inversionistas con foco digital además de creadores de contenido digital con el objetivo de proyectar las tendencias del sector y las principales fuentes de innovación. También se analizan startups y fintechs con foco en América Latina.
Según afirma Darío Reyes Reina, Líder de Investigación de usuario en Pragma “el estudio destaca algunos aspectos de interés entre los latinoamericanos, como lo son: la inclusión financiera, el facilitar las transacciones entre países y monedas, y las microinversiones como los focos más destacados . La conclusión a la que llegamos en Pragma, es que hay al menos siete tendencias que impactarán duramente el mundo financiero en los próximos años”.
1. Inclusión sin excusas: Las personas demandan marcas y servicios que, con hechos, no discursos, democraticen el acceso a servicios financieros. Según el estudio, el nuevo ambiente financiero que buscan los usuarios bancarios deberá contar con asesoría simple y directa, entendible para todo público y sin letra pequeña en contratos. Las personas esperan una personalización de la experiencia a partir de la selección de plan, funcionalidades y beneficios, compromiso con las transformaciones sociales y de sostenibilidad. Igualmente, valoran la educación financiera sobre transacciones, pagos, ahorro, crédito y seguros, que facilitan el acceso rápido y sin restricciones a todos los servicios financieros.
2. Coolbanking: Para construir una relación cercana con las personas, la industria debe mostrar una imagen menos rígida, que se adapte a cada uno de los clientes. Este tratamiento preferencial logrará que los usuarios perciban que formen parte de una buena organización, forjando así un relacionamiento a largo plazo. La tendencia en la banca del futuro es salirse de los moldes pesados y serios de la banca tradicional e ir hacia un abordaje fresco, divertido y cercano, concluye el estudio de Pragma. Las personas buscan comunicación informal en su “mismo idioma”, explicación de tasas directas y costos en términos comprensibles, onboarding rápidos y sencillos, pocas ataduras en contratos y mayor flexibilidad, gamificación y tarjetas de prepago.
3. Pequeño lobo de Wall Street: Las posibilidades de invertir y recibir financiación se multiplican. Cada persona es un pequeño lobo de Wall Street en potencia. La digitalización y búsqueda de la democratización de inversión abrió la puerta a que personas naturales puedan hacer autogestión en diferentes inversiones (nacionales o internacionales) a través de una app, y aprendiendo sobre el mundo financiero por medio de canales de YouTube, tiktokers o plataformas que enseñan sobre nuevas fuentes de ingresos. Las personas esperan contar con procesos autogestionados de inversión, es decir, tener control total y autonomía para que desde su propio conocimiento exploren alternativas para ganar dinero.
4. Finanzas globales sin fronteras: Si bien parece una muletilla el decir que la pandemia del Covid-19 vino a transformar el escenario laboral lo cierto es que, en América Latina, al menos 23 millones de personas han trabajado de forma remota en el último año. La tendencia laboral actual vislumbra a trabajadores globalizados con empleos remotos, alta movilidad y diversas fuentes de ingresos, lo que exige facilidades para operar en diferentes países, monedas y plataformas. Las personas esperan facilidades para realizar transacciones internacionales y rápidas, articuladas con sistemas de pagos, servicios autogestionados 100% digitales y cambios de divisas a precio justo.
5. Del Boicot a la solidaridad: Actualmente el activismo se ha convertido en una bandera mundial contra la injusticia. Este fenómeno se trasladó al mundo digital desde varias esferas como redes sociales, eventos virtuales personajes incluso juegos, con el fin de levantar la voz contra las injusticias, apoyar a distancia, dar visibilidad a causas y por supuesto “boicotear” o marcas que vayan en contra los valores de la comunidad. Las personas esperan tener marcas que les inspiren confianza, comunicación bidireccional que escuchen sus exigencias, tener voz y voto en las decisiones que les salgan directa o indirectamente, además de solidaridad con sus situaciones particulares.
6. Midas virtuales o la cotidianidad de la monetización: El papel moneda pierde relevancia frente a las diversas opciones de generar e intercambiar valor virtualmente: criptomonedas, tokens y NFT. La adopción de criptomonedas ha crecido un 881% entre 2020 y 2021. Los comercios y servicios que aceptan monedas virtuales y/o tienen procesos de compra 100% digitales han sido el motor principal para el cambio en la manera como se realizan las operaciones financieras cotidianas . Las personas esperan que se adapten a las transformaciones sociales rápidas, creando plataformas que faciliten las transacciones con monedas virtuales y generen un ambiente amigable y seguro para su uso generalizado.
7. Volatilidad y reacomodación financiera: Contrario a lo que se piensa, los cambios rápidos en el valor de las monedas y la devaluación representan una oportunidad de transformación del sector, según los expertos cuestionados por Pragma. Debido a que muchos países se han enfrentado a esta situación de incertidumbre económica, las personas están ávidas de alternativas que mezclan tecnologías y nuevos servicios financieros para responder a sus necesidades financieras. Las personas esperan tener acceso a los bienes sin que sea tan costoso, información rápida y confiable sobre el valor de monedas, facilidad en los cambios de monedas (especialmente hacia dólares) e intercambios P2P sin tarifas exageradas con cobertura nacional.
En resumen, el estudio realizado por Pragma trae a la luz que el sector financiero debe dar un giro de 180° para atender a un mercado que busca entidades cada vez más versátiles, flexibles y ágiles.